lunes, 29 de mayo de 2017

Nuestra Colmenita

 
 tomado de Granma

 El mayor logro profesional de Tin Cremata no es La Colmenita. La afamada compañía de teatro infantil es quizás la expresión más acabada y más visible de “algo” que el destacado director comenzó a edificar, tal vez sin proponérselo, desde el momento en que decidió enfrentar los demonios que van naciendo mientras cicatrizan las heridas propias de vivir.
Cremata, como cualquier ser humano, seguramente tuvo ante sí miles de caminos, pero como pocos seres humanos, tenía razones de sobra para decidirse por el trayecto más expedito. Sin embargo, cuando se voltea la mirada para revisar sus pasos, es casi evidente que es de los hombres que aunque haya sido de manera inconsciente se preguntó, parafraseando al teólogo brasileño Frei Betto si su vida era solamente para sí mismo, o para que otros tengan también vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario