martes, 4 de agosto de 2015

Una guerra para la historia

Transcurría el 3 de agosto de  1914, grandes potencias como Francia, Bélgica y Gran Bretaña, declaran la guerra a Alemania, comenzaba así la primera Gran Guerra del siglo, holocausto que trajo muerte y destrucción a su paso por el mundo.
Alemania con el imperial HITLER al frente quería el poderío, a cualquier precio, nada que no fuera puro podía quedar en pie. La raza judía fue prácticamente aniquilada, no importaba si eran hombres, mujeres o niños, crecían grandes campos de concentración, los seres humanos eran denigrados hasta morir, creció la fama de las cámaras de gas y  las torturas, se incineraba masivamente, no importaba el dolor, solo se mataba en pos de la pureza de la raza.
Mientras la muerte y la devastación hacían su trabajo, la guerra con su canto luctuoso de balas y bombas destruía a su paso todo lo vivo, no quedaba nada en pie, hasta la naturaleza estaba en hostilidades, los árboles eran arrasados, la fauna dejaba de existir, era la guerra que con su inexorable paso dejaba la vida sin vida.
Quedó para la historia como una de las acciones bélicas más largas y destructivas, aún hoy al cabo de tantos años nuestros ojos se espantan ante las imágenes que conserva la historia y nos preguntamos ¿cómo pudo el hombre llegar a tanto dolor?, ¿cómo pudo el hombre destruir la vida?, ¿cómo pudo el hombre convertir al prójimo en objeto de su juego? y la respuesta es la misma, la maldad no tuvo límites, la locura de un hombre llevó al holocausto mundial.

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