lunes, 14 de diciembre de 2015
EL CLAN CON EL GRAN CORAL
La película argentina ‘El
clan’, dirigida y escrita por Pablo Trapero arranca con una escena desconcertante. En un
tranquilo y acogedor salón familiar argentino de los años 80, hay un joven
llamado Alejandro ‘Álex’ Puccio viendo televisión sobre el sofá, y su novia
Mónica está en la cocina cuando,
violentamente, irrumpe la policía. Apuntan al sorprendido Álex y encuentran en
una escondida habitación de la casa lo que andaban buscando: una mujer
secuestrada por la familia Puccio, clan liderado por el oscuro patriarca
Arquímides (un excelente Guillermo Francella).En la vida real, en la Argentina
de los años 80, esta familia fue fuente de noticias de la crónica roja gracias
a una historia con componentes casi inverosímiles. Durante años, ‘El clan’
Puccio secuestró, pidió rescate y luego asesinó a vecinos del acomodado barrio
de San Isidro en un macabro plan basado, en muchas ocasiones, en el mismo modus
operandi. Funcionaba así: Álex, el hijo rugbista y seleccionado del equipo Los
Pumas, una figura del deporte en Argentina, era el encargado de generar
confianzas entre algunos compañeros, chicos de buena condición y familias
adineradas. Luego, Arquímedes, el padre –más otros secuaces– daban el zarpazo,
y a punta de pistolas y caras cubiertas, secuestraban, en encerronas de autos,
a su propio hijo (para luego soltarlo, claro) y al chico con dinero de turno.El
director Pablo Trapero ha señalado que esta historia, le “voló la cabeza” a los 14 años. “Imaginate, siendo un chico
veía los titulares: ‘Una familia de San Isidro secuestra a sus conocidos en su
propia casa. ¡Qué tremendo!’”, dice Trapero en el Hotel Hilton de Toronto.
Después, dice, cuando comenzó a estudiar cine en los años 90, en Buenos Aires,
la idea de hacer una cinta sobre los Puccio creció aún más fuerte.El director
de Mundo grúa, la espectacular El bonaerense, Carancho y Elefante blanco, entre
otras, siempre tuvo un pie puesto en este relato policial digno del novelista
con la imaginación más afiebrada .En el 2012 Trapero anunció que haría la
película. Venía investigando el caso de manera personal desde 2007, según
cuenta el trasandino, que se acaba de unir al club de los realizadores que
llevan más de un millón de espectadores al cine en Argentina, como Damián
Szifron y sus Relatos salvajes o Juan José Campanella y El secreto de sus ojos
y Metegol. Trapero es obsesivo con las
indagaciones para sus filmaciones, pero por primera vez trabajó con un material
basado en hechos reales. Ganador del León de Plata al Mejor Director del
Festival de Venecia, Trapero nunca había trabajado en una producción que fuera
de época, ambientada en el pasado. Su línea se había instalado siempre en la
Argentina contemporánea, en un presente cómodo y continuo. Por eso, ha
explicado, buscó alejarse de su zona cómoda e internarse en un episodio oscuro
de la historia criminal argentina. Un contexto dramático que le sirve al
realizador para hacer comentarios sociales y políticos sobre su país, como la
impunidad social y una cierta ausencia de reacción y justicia para evitar el
secuestro, muerte y desaparición de personas.Recrear la historia fue una tarea
titánica: “En los medios de la época no había más que consignación de las
fechas y los datos duros. No me servían para ver cómo los Puccio se movían en
su casa, cómo hablaban entre ellos. Así que fuimos (él y su equipo) de alguna
manera periodistas y detectives privados. Hablamos con amigos, vecinos, fuimos
al club de rugby. Además, desde 2007 yo había empezado mi propia investigación
personal”.
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