martes, 22 de noviembre de 2016

Aquel 27 de noviembre



 
  El fusilamiento de los OCHO estudiantes del primer curso de Medicina de la Universidad de La Habana no fue, desde luego, un hecho aislado.  Era parte del ensañamiento que los voluntarios venían cometiendo contra la población criolla mucho antes de iniciarse la guerra libertaria.   Ya desde MIL 860, los batallones y QUINTOS voluntarios de La Habana habían ametrallado el Teatro Villanueva, la Acera del Louvre, la casa del patriota Aldama y con entera libertad a cientos de víctimas por sólo capricho e impotencia. La imposibilidad  de ver cómo en la manigua, las tropas mambisas convertían en victorias cada carga al machete.  El origen de la tragedia  de los OCHO estudiantes de Medicina, fue lo ocurrido en el antiguo y hoy desaparecido cementerio de Espada en la tarde del jueves VEINTITRES de noviembre de  1871 en que los estudiantes fueron a recibir la clase de Anatomía en el Anfiteatro Anatómico de San Dionisio, contiguo a esta necrópolis . Durante la espera, por la tardanza del catedrático, jugaron entre sí, tomaron el carro destinado a transportar los cadáveres a la sala de disección y el más joven de todos, arrancó una flor.  Ante el horrendo crimen perpetrado contra la vida y la juventud  y en el primer aniversario de  los sucesos Nuestro José Martí escribió hermosos versos en el poema “A MIS HERMANOS MUERTOS EL 27 DE NOVIEMBRE” donde  expresó su fervor revolucionario  “- Y más que un mundo ,más cuando se muere en brazos de la Patria agradecida , la muerte acaba, la prisión se rompe,  empieza al fin con el morir la vida “- Simultáneas actividades se realizan cada  año  en la escalinata de la Universidad , el Cementerio de Colón y  en otros lugares de todas partes del país ,  en recuerdo de la luctuosa efeméride, entre ellas destaca  la peregrinación masiva desde la Colina universitaria rumbo al monumento de la Punta en la que intervienen destacados dirigentes juveniles y de las organizaciones políticas , así como altos dirigentes del Partido y el Estado cubano.  Recordar el sangriento hecho de aquel 27 de noviembre  que costó la vida de OCHO jóvenes inocentes se inscribe en la historia patria como acicate para las nuevas generaciones de cubanos que protagonizan la vida diaria , en sus constantes esfuerzos por construir un mundo mejor, en contra del crimen, el coloniaje y la injerencia en el destino de los pueblos.









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