Era 17 de
noviembre de 1939
cuando un grupo de jóvenes
checoslovacos, decididos a liberar a su tierra natal del yugo hitleriano,
protagonizan una heroica resistencia en
las calles de Praga. Varias personas resultan heridas
en el enfrentamiento contra los
ocupantes fascistas, muriendo dos de ellas a consecuencias de las heridas. Jan
Opletal, estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carlos, fue
una de las víctimas. La noticia de su muerte atizó el odio de la población y se
convirtió en un llamamiento a intensificar la resistencia. El 15 de
noviembre, día del entierro, el pueblo se lanzó a las calles y realizó actos de
protesta en las universidades de Praga y otras ciudades. La respuesta de los
Nazis fue fulminante. Por todo el mundo corrió rápidamente la noticia de los
sucesos ocurridos en Checoslovaquia. El 17 de noviembre se convirtió en un
símbolo que inspiró el accionar del estudiantado en todo el mundo, en un día de
solidaridad con la lucha contra el fascismo, por la libertad, la democracia, el
proceso social y la paz. Uno de los países que se une cada año a la
conmemoración es Cuba,
miembro de la Unión Internacional de Estudiantes , y en el que estudiar, además
de ser un derecho de todo aquel que desea aprender y superarse, constituye un deber para quienes se adentran en el mundo
de los conocimientos. Cuba, como miembro de la organización se une a esta efeméride y realiza, al igual que otras cien naciones,
diferentes actos conmemorativos de aquella fecha que terminara con una masacre
y el envío de cientos de jóvenes checoslovacos a un campo de concentración. Cuando
este 17 de noviembre se festeje el Día Internacional del Estudiante volveré a
recordar mi días en la escuela, los
desafíos de cada enseñanza y el encuentro del amor en una de sus aulas . Como
bien dije ser estudiante en mi Isla es un hermoso privilegio, que con el
decursar de los años se nos convierte en añoranzas por el tiempo pasado y sueños cumplidos
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